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martes, 29 de marzo de 2011

Encontrarás Dragones

Francisco Correal (diariodesevilla.es)
DETRÁS de mí se sentó Federico Casado Reina, crítico de cine, que lleva el séptimo arte en los genes de su segundo apellido, acompañado por Yolanda, su esposa. Le conté que la víspera vi a Manolo Grosso, que se disponía a entrar en el cine. Manolo va al cine todos los días. Yo le comenté que iba todos los años. Una exageración próxima a la realidad por mis obligaciones laborales y familiares, que además no se ve mitigada por otros medios más o menos furtivos. Yo no me descargo películas porque no sé cómo diablos se hace. Además de porque me parece una desfachatez. Pero no sé qué fue primero, de la misma forma que no tengo muy claro si no fumo porros porque no me gusta o porque nunca fui capaz de liarme uno. La ética de la inepcia, pariente cercana del elogio de la pereza enunciado por Paul Lafargue, yerno de Carlos Marx.

Se apagaron las luces y empezó la película. Este año he tenido suerte. He visto una gran película. Fui con mi madre al preestreno en versión original de Encontrarás dragones. Escrivá de Balaguer y la guerra civil en una misma película. En el año en el que se cumplen tres cuartos de siglo del inicio de la fratricida contienda. Mi madre tenía dos años y medio cuando estalló la guerra. Su padre, mi abuelo Andrés, combatió en un bando y su hermano Augusto en el contrario. Roland Joffé, el director (Los gritos del silencio, La Misión) es agnóstico e inglés de Birmingham. Lo más probable es que sea hincha del Aston Villa. Nadie como algunos británicos han sabido adentrarse en las entrañas de la historia de España: John Elliot, Raymond Carr, Stanley G. Payne, Hugh Thomas, Paul Preston, Geoffrey Parker. La película de Joffé va en esa línea. Premiado por su epopeya del Vietnam, entra en un drama en el que los españoles hicieron de americanos y de vietnamitas a la vez.

Es una película sobre la santidad. Qué antigualla, dirá alguien. En las guerras, los malos son peores; los buenos, mucho mejores. Escrivá de Balaguer también tuvo que cruzar el Pirineo, lo mismo que Antonio Machado. En la hermosa exposición de la que es comisario, Pablo del Barco deja bien claro que no hubo dos Machados, el bueno y el malo. El que se fue y el que se quedó. Voy poco al cine, pero las escenas de guerra son deudoras del Lewis Milestone de Sin novedad en el frente en esta historia de Manolo y Josemaría, esos dos niños que crecen en Barbastro en una fábrica de chocolate menos idílica que la de Johnny Depp. Joffé nos deja una película emotiva y emocionante: una apología del perdón. Que me traslada a mi frase favorita del cine, la que protagoniza un personaje de El gran combate, el fresco cheyenne de John Ford: "Hay hombres peores que la guerra". Son los dragones.
Diario de Sevilla

lunes, 28 de marzo de 2011

«Encontrarás dragones»: Buscando la libertad

“Encontrarás dragones” es una película entretenida y bien realizada, con interpretaciones correctas. Una propuesta con equilibrio y honestidad en la que el director Roland Joffé vuelve al drama de redención y reconciliación.

Dos amigos y una guerra civil, un padre encadenado al pasado por el odio y otro que enseñó a su hijo a perdonar para ser libre. Es la España de 1936, y a ella regresa Robert en su investigación para escribir un libro sobre el fundador del Opus Dei. Pronto descubre que entre este y su padre Manolo —con el que no se habla desde hace años— había una amistad desde la infancia, enturbiada después por bombas y odios, por traiciones y rencores, auténticos dragones que la vida les tenía deparados: Manolo se encerró en su orgullo y dolor, Josemaría eludió las diferencias y buscó a las personas. En ese marco bélico y con una mirada humanista, “Encontrarás dragones” (ver tráiler) nos ofrece toda la épica que conlleva una guerra y también un puñado de profundos e intensos sentimientos.

Sin prejuicios políticos, ideológicos ni religiosos. Así hay que ver esta película de Roland Joffé, en la línea de lo que nos ofreció en “Los gritos del silencio” (1984) y “La misión” (1986). Un relato de héroes obligados a tomar postura en un conflicto pero con idénticos ideales patrióticos, y un drama íntimo en el que algunos han vivido hasta hoy con heridas que es preciso cicatrizar. El perdón frente al odio y el espíritu de reconciliación para aplacar la venganza: ese es el camino que Joffé nos muestra a partir de esta semblanza de San Josemaría construida al estilo americano con todo su efectismo, ya desde su envolvente banda sonora. La propuesta llega con equilibrio y honestidad, y se resaltan tanto los ideales y valentía del anarquista Oriol como la mansedumbre y lealtad de Escrivá de Balaguer. Incluso se da una segunda oportunidad a un traidor sin libertad interior al que su hijo trata de rescatar de la oscuridad.

Al buscar resaltar la fuerza del perdón, el director no duda en destacar el ánimo del joven sacerdote y en contraponerlo a la actitud enconada de Manolo, porque en ese contraste encuentra la ficción su punto de apoyo, sin caer en lo panfletario. Hay vida, autenticidad en las palabras y motivaciones de los personajes. Y eso el espectador lo percibe para situarse a su lado y alejarse de las ideologías. Aunque no faltan las emociones —con la escena del judío o la agonía de Manolo como lo más entrañable—, la brillantez llega con su cuidado diseño de producción y vestuario —hay cuatro profesionales con Oscar® al frente— para ambientar una época convulsa y compleja. Idealismos, celos y pasiones encendidas, ánimos de revancha y temores a la denuncia, atropellos personales en ambos bandos y asaltos de iglesias. Todo se encuentra en esta cinta que se olvida de partidismos y que apuesta por el retrato humanista.

Joffé ha conseguido una película entretenida y bien realizada, aunque el guión hace que arranque con cierta lentitud porque los flashes biográficos parecen deslavazados en su intento de dar demasiada información. Mayor intensidad tiene la trama de Robert que la de Manolo en su juventud o la del propio Josemaría, cuya figura quizá exigiese un punto más de energía. Junto a la cuidada puesta en escena y ambientación de época —desde la chocolatería hasta los frentes de batalla—, es justo hablar de unas interpretaciones correctas en las que Charlie Cox, Wes Bentley, Olga Kurylenko o Dougray Scott ceden el protagonismo a sus personajes, y con Unax Ugalde que destaca entre los secundarios españoles. Joffé ha regresado con un drama de redención desde lo más humano, con personajes que buscan la libertad con la bandera o el fusil, pero también con el perdón y la reconciliación

Fuente: LaButaca.net, revista de cine online

Premiere Mundial de Encontrarás Dragones en Madrid


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